Bismil-laahir Rahmaanir Rahiim, Alhamdulil-lahi Rabbil Alamín, wa assalatu wa assalam ala Rasulilah (s.a.w.) En el nombre de Al-lah, Él Misericordioso, Él Compasivo, todas las alabanzas son para Alah El Señor de los Mundos, y que la paz y las bendiciones de Al-lah sean sobre Su Profeta Muhammad (s.a.w.)
¡Salam alaikum! Sabéis todos que me gusta hablar de la experiencia de ser musulmán o musulmana y que, pocas veces toco temas relacionados con la fe. Hoy he querido conjugar mi experiencia con la fe y éste es el resultado.
Hace poco tuve, lo que podíamos llamar, una crisis de fe. Sé que si hay alguien al otro lado leyendo esta entrada, se estará llevando las manos a la cabeza. "¡Cómo puede confesarlo así?" se preguntarán. La verdad es que, aunque no me siento orgullosa de ello, os quiero explicar hoy cómo se puede combatir un "bajonazo de fe".
Aunque resulte motivo de vergüenza, decirlo abiertamente no es malo. Lo cierto es que he visto malos gestos y he oído comentarios inaceptables cuando un hermano deja de ir a la mezquita, una hermana se quiere quitar el pañuelo o sencillamente, cuando una persona no parece estar cómo siempre.
Así que, resumiendo 1.-HABLA CON GENTE DE CONFIANZA SOBRE TU CRISIS. Explica por qué estás pasando por ello. La gente que te conoce, te enseñará a ver las cosas como antes.
En mi familia, siempre nos hemos cuidado mucho los unos a los otros con este tema. Siempre ayudarnos con nuestra fe, especialmente si está baja. Son esas promesas importantes.
2.-RODÉATE DE COSAS QUE TE GUSTAN. A mi me ayudó mucho observar la naturaleza. Algo tan bello solo Allah la ha podido crear. Si no te sientes con fuerzas para rezar, tu gente se preocupará de que no reces solo. Si puedes, haz dua (nunca subestime el poder de la dua) y lee, escucha y recita el Corán.
3.-AYUDA A LOS DEMÁS. Sigue la cadena. Si puedes ayudar a alguien, hazlo sin dudar. Mucha gente se preocupa de pasar el mensaje y "convertir" a más gente, pero no viene mal dedicarse también al mantenimiento. Recuerda que somos una comunidad.
Gracias a aquellos que me ayudaron con mi fe. No se sabe lo que se tiene hasta que se pierde...